lunes, 8 de junio de 2015

¿Para qué practicar balances de brazos?


Muchas veces hemos estado en medio de nuestra práctica cuando de repente el instructor nos dirige al suelo y proclama “bakasana!”, llevándonos a la postura del cuervo; para algunos esto resulta divertido; para otros resulta un reto difícil de lograr. De pronto te encuentras volteando a ver a tus compañeros de clase y siempre están los que hacen sus balances de brazos a la perfección, los que casi lo logran y los que se dan por vencidos desde un inicio, “jamás!”, “sí creo !”, “ni al caso!” expresan en tono de ironía.

En ningún momento durante tu práctica debes sentirte forzado a hacer alguna postura; lo importante siempre es escuchar a tu cuerpo y hacer lo que te permita hacer; está claro que no se trata de forzarte a realizar nada que no quieras; sin embargo, hay algunas posturas que vale la pena intentar; pues con constancia y dedicación, es muy probable que llegues a ellas algún día.

Tal vez las personas que no son fanáticas de los balances de brazos se pregunten, ¿para qué necesito hacerlos?, ¿de qué me sirven?... Pues, además de que te sirven para mejorar y demostrar el avance en tu práctica; te ayudan a adquirir más fuerza y flexibilidad; a trabajar con el control mental, concentración,  dominio de tu cuerpo y disciplina. Además de que representan un reto; y siempre es bueno desafiarnos un poco en la vida para cortar con la rutina, para salir de nuestra zona de confort y descubrir qué cosas nuevas somos capaces de lograr, no crees?

Al igual que todas las mentes piensan diferente, todos los cuerpos son diferentes; y por ello hay personas que pueden hacer cosas que otros no. Es importante que no te intimides por lo que el compañero de a lado puede lograr; todos avanzamos a nuestro propio paso bajo nuestros propios términos; pero vamos todos juntos hacia el mismo camino. Con paciencia y práctica constante, verás que llegará el día en que puedas hacer volar ese cuervo de tu tapete.

Los balances de brazos son de las posturas más desafiantes dentro de tu práctica de yoga; son perfectas para examinar lo que nuestro cuerpo puede lograr y  para trabajar coordinando nuestra fuerza corporal con nuestro poder y disciplina mental. Anímate; pierde el miedo; si te caes… sólo basta con levantarte y volverlo a intentar.
 

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